4. Saber escuchar.
-Presencia de Dios:
Ante Dios que busca comunicarse incesantemente
conmigo.
-Petición:
Pedir la gracia de estar atento a su palabra.
-Composición de lugar:
Imaginarme
frente a Dios esperando el encuentro con quien es mi Creador.
Imaginar
el encuentro de Dios con Elías. Después del terremoto, la tormenta Dios se hace
presente ante él en forma de brisa.
Elías
aprende a descubrir al Señor en el suave rumor de la brisa desdeñando los
huracanes, el fuego y el terremoto.
Me
dispongo a la escucha y a aprender a reconocer a Dios, que no es un Dios
lejano, sino Amor. Y el amor es comunicación y palabra cercana.
-Texto:
Yendo ellos de camino,
entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Esta
tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor,
escuchaba su palabra. Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos
servicios, hasta que, acercándose, dijo:
-Señor, ¿no te importa
que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano.
Respondiendo, le dijo
el Señor:
-Marta, Marta, andas
inquieta y preocupada con muchas cosas; pero sola una es necesaria. María,
pues, ha escogido la parte mejor y no le será quitada.
Lc 10, 38-42
-Meditación:
Leo
detenidamente y medito el texto.
¿Con
qué personaje me identifico más? ¿Con Marta, que hace y hace sin detenerse a
escuchar la palabra de Jesús o con María que solo tiene oídos para Él?
¿Cómo
escucho generalmente a mis hermanos?
¿Qué
situaciones o momentos son favorables para la escucha de Dios?
¿Qué
cosas me impiden escuchar a Dios?
-Coloquio:
Con Dios, me quedo un tiempo en silencio
escuchando su voz.
-Padrenuestro.
-Otros textos:
-¿Qué significa domesticar?
Para
mí no eres todavía más que un muchacho semejante a cien mil muchachos. Y no te
necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante
a cien mil zorros. Pero si me domesticas tendremos necesidad el uno del otro.
Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo.
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