8. Mi origen en el amor de Dios.
-Canto: cd Taizé. Veni
sancte Spiritus. 1. Veni Lumen (4’16).
-Presencia de Dios: en cuyo amor se fundamenta todo mi ser.
-Petición: que el
Señor me conceda la gracia de revivir, gustar lo que de verdad da sentido e
integra mi vida, el amor de Dios sobre mí.
-Canto: cd
Taizé. ¡Bendecid al Señor! 2. Ven,
Espíritu de Dios (4’43).
-Composición de lugar:
Jeremías
1, 5: “antes de formarte en el seno de tu madre Yo te conocía, antes de que tú
nacieras, Yo te consagré.
Estoy
dentro de la eucaristía, porque Jesús me lleva en mi corazón.
Estoy
dentro del Padre, porque Jesús mediante el Espíritu Santo me ha conducido a Él.
-Texto: Salmo 139 (138), 1-13.
Señor,
tú me sondeas y me conoces.
Me
conoces cuando me siento o me levanto.
de
lejos penetras mis pensamientos.
distingues
mi camino y mi descanso,
todas
mis sendas te son familiares.
No
ha llegado la palabra a mi lengua,
y
ya, Señor, te la sabes toda.
Me
estrechas detrás y delante,
me
cubres con tu palma.
Tanto
saber me sobrepasa,
es
sublime y no lo abarco.
¿Adónde
iré lejos de tu aliento,
adónde
escaparé de tu mirada?
Si
escalo el cielo, allí estás tú;
si
me acuesto en el abismo,
allí
te encuentro;
si
vuelo hasta el margen de la aurora,
si
emigro hasta el confín del mar,
allí
me alcanzará tu izquierda,
me
agarrará tu derecha.
Si
digo: “Que al menos la tiniebla me encubra,
que
la luz se haga noche en torno a mí”,
ni
la tiniebla es oscura para ti,
la
noche es clara como el día,
la
tiniebla es como luz para ti.
Tu
has creado mis entrañas,
me
has tejido en el seno materno.
Te
doy gracias porque me has plasmado portentosamente,
porque
son admirables tus obras:
mi
alma te reconoce agradecida.
-Meditación:
Me dejo sondear, reconocer por su tierno y
fecundo amor.
Leo
detenidamente y medito el salmo.
Me
detengo allí donde encuentro más gusto, asombro, interpelación.
Repito
esa frase, gustándola, sintiéndola en mi interior.
Me
detengo a mirar mi vida: a partir de las frases del salmo.
¿Qué
momentos de mi vida brotan al leer el salmo?
Miro
y contemplo la presencia del amor de Dios en mi vida, como lo sostiene y
fundamenta.
Dejo
que surjan en mí los sentimientos que provocan.
Agradezco
al Señor tantas maravillas que ha obrado en mí.
-Coloquio:
Con
un corazón agradecido como el de María, expreso las maravillas que el Señor ha
obrado en mí.
Rezo
con el Magníficat:
Proclama
mi alma la grandeza del Señor,
se
alegra mi espíritu en dios, mi salvador,
porque
ha mirado la humillación de su esclava.
Desde
ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque
el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su
nombre es santo,
y su
misericordia llega a sus fieles
de
generación en generación.
Él
hace proezas con su brazo:
dispersa
a los soberbios de corazón,
derriba
del trono a los poderosos
y
enaltece a los humildes,
a los
hambrientos los colma de bienes
y a
los ricos los despide vacíos.
Auxilia
a Israel, su siervo,
acordándose
de la misericordia,
como
lo había prometido a nuestros padres,
en
favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
-Canto: Cd Taizé. ¡Bendecid
al Señor! 13. De noche (5’09), 14. Jesús, inclinó la cabeza (2’14), 15. Cristo
Jesús (4’03) y 16. Magnificat (4’03).
-Padrenuestro.
-Otro texto:
Isaías
43, 1-2: Así dice Yahvéh, tu Creador: “No temas, que yo te he rescatado, te he
llamado por tu nombre. Tú eres mío. Si pasas por las aguas yo estoy contigo, si
por los ríos no te anegarán. Si andas por el fuego no te quemarás.
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