9. Las manos de Dios.


9.Las manos de Dios.
-Canto:  cd Taizé. Veni sancte Spiritus. 1. Veni Lumen (4’16).
-Presencia de Dios:  
-Petición:  Que el Señor me conceda la gracia de re-vivir, de renovar, gustar lo que de verdad me da sentido e integra mi vida: el amor de Dios sobre mí.
-Canto: cd Taizé.  ¡Bendecid al Señor! 6. Dios no puede más que darnos su amor (3’52)
-Composición de lugar:
 Imagino: Unas manos de alfarero, manchadas por el barro; unas manos de pastor fuertes; unas manos de madre o padre seguras y delicadas.
-Textos:  
Jr 18, 1-6: Palabra que el Señor dirigó a Jeremías: “Anda baja al taller del alfarero, que allí te comunicaré mi palabra”. Bajé al taller del alfarero que en aquel momento estaba trabajando en el torno. Cuando le salía mal una vasija de barro que estaba torneando (como suele ocurrir al alfarero que trabaja con barro), volvía a hacer otra vasija, tal como a él le parecía. Entonces el Señor me dirigió la palabra en estos términos: “¿No puedo yo trataros como este alfarero de Israel? – oráculo del Señor –. Pues lo mismo que esta el barro en manos del alfarero así estáis vosotros en mi mano, casa de Israel.
2 Cor 4, 7: Pero llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros.
Is 64, 7: Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre, / nosotros la arcilla y tú nuestro alfarero: todos somos obra de tu mano.
Sal 100 (99), 3: Sabed que el Señor es Dios: / que él nos hizo y somos suyos, / su pueblo y ovejas de su rebaño.
Job 10, 8a: Tus manos me modelaron e hicieron.
-Canto:  Cd Taizé. ¡Bendecid al Señor! 7. Kyrie eleison 19 (2’45).

Sal 23 (22): El Señor es mi pastor, nada me falta, / me conduce hacia fuentes tranquilas / y repara mis fuerzas; / me guía por el sendero justo, / por el honor de su nombre. // Aunque camine por cañadas oscuras, / nada temo, porque tú vas conmigo; / tu vara y tu cayado me sosiegan. // Preparas una mesa ante mí, / enfrente de mis enemigos; / me unges la cabeza con perfume, / y mi copa rebosa. // Tu bondad y tu misericordia me acompañan / todos los días de mi vida, / y habitaré en la casa del Señor / por años sin término.
Is 40, 10-12: Mirad, el Señor Dios llega con poder / y su brazo manda. / Mirad, viene con él su salario / y su recompensa lo precede. // Como un pastor que apacienta el rebaño, / reúne con su brazo los corderos / y los lleva sobre el pecho; / cuida él mismo a las ovejas que crían.
Jn 10, 11-15: Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo las roba y las dispersa; y es que al asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.
-Canto:  Cd Taizé. ¡Bendecid al Señor! 20. Nada te turbe (5’10)
Lc 23, 46: Y Jesús, clamando con voz potente, dijo: “Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu”. Y, dicho esto, expiró.
Os 11, 1-4.8-9: Cuando Israel era joven lo amé / y de Egipto llamé a mi hijo. // Cuando más los llamaba, / más se alejaban de mí: / sacrificaban a los baales, / ofrecían incienso a los ídolos. // Pero era yo quien había criado a Efraín, / tomándolo en mis brazos; / y no reconocieron que yo los cuidaba. // Con lazos humanos los atraje, / con vínculos de amor. / Fui para ellos como quien alza / un niño hasta sus mejillas. / Me incliné hacia él / para darle de comer. // ¿Cómo podría abandonarte, Efrain, / entregarte, Israel? / ¿Podría entregarte, como a Admá, / tratarte como a Seboin? / Mi corazón está turbado, / se conmueven mis entrañas. // No actuaré en el ardor de mi cólera, / no volveré a destruir a Efraín, / porque yo soy Dios, / y no hombre; / santo en medio de vosotros, / y no me dejo llevar por la ira.
Sal 22 (21), 10-11: Tú eres quien me sacó del vientre, / me tenías confiado en los pechos de mi madre; // desde el seno pasé a tus manos, / desde el vientre materno tú eres mi Dios.
Sal 103 (102), 1-14: Bendice, alma mía al Señor, / y todo mi ser a su santo nombre. // Bendice, alma mía, al Señor, / y no olvides sus beneficios. // Él perdona todas tus culpas / y cura todas tus enfermedades; / él rescata tu vida de la fosa, / y te colma de gracia y de ternura: / el sacia de bienes tus días, / y como un águila / se renueva tu juventud.  Él hace justicia / y defiende a todos los oprimidos; / enseñó sus caminos a Moisés / y sus hazañas a los hijos de Israel. / El Señor es compasivo y misericordioso, / lento a la ira y rico en clemencia. / no está siempre acusando / ni guarda rencor perpetuo; / no nos trata como merecen nuestros pecados / ni nos paga según nuestras culpas. / Como se levanta el cielo sobre la tierra, / se levanta su bondad sobre los que lo temen; / como dista el oriente del ocaso, / así aleja de nosotros nuestros delitos. / Como un padres siente ternura por sus hijos, / siente el Señor ternura por los que le temen; / porque él conoce nuestra masa, / se acuerda de que somos barro.
-Meditación:
 Jer 18, 1-6; 2 Cor 4, 7; Is 65, 7: son las manos del alfarero que crea algo nuevo. Es una metáfora que nos coloca ante el misterio de la creación. Todo lo que existe es modelado, acariciado y cuidado por Dios, por eso es bueno. Pero hay una obra que es muy buena: el ser humano.
Sal 23 (22), Is 40, 10-17; Jn 10, 11-15: las manos del Pastor son manos que conducen vigorosas y seguras, que acompañan a lo largo de la vida. El Dios alfarero no nos deja sino que continuamente nos guía por los senderos de la vida. Son las manos que conducían a Israel por el desierto, que nos toman en brazos y nos alzan hasta su cuello para transportarnos.
Lc 23, 45; Os 11, 1-9; Sal 22 (21), 10-11; Sal 103 (102), 1-14: La mejor descripción de como son las manos de Dios nos la ha dado Cristo: Dios tiene manos de Padre-Madre. (en tus manos encomiendo mi espíritu). No es solamente un alfarero o un pastor, sino un Padre-Madre
-Coloquio: 
¿Qué respuesta, qué sentimiento surge al ser tocado por Dios, qué sentimiento nace de mí al sentirme en sus manos? ¿Cómo me siento? Repito alguna de las frases, la que más ha alcanzado mi corazón, permanezco en silencio, le hablo con alguna de ellas, le cuento mis sentimientos, le agradezco que sea para mí, mi familia y las personas que me aman y amo un buen alfarero, pastor, madre-padre.
-Canto:  Momentos de paz 3.
-Padrenuestro.

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